La medicina reguladora es un enfoque terapéutico que se centra en restaurar el equilibrio y la armonía en el cuerpo, promoviendo la capacidad de autocuración del organismo. Su principal objetivo es regular y optimizar los procesos fisiológicos que pueden estar alterados debido a enfermedades, disfunciones o desequilibrios, centrándose no solo en el manejo de síntomas sino más bien en un abordaje integrativo.