Una evaluación funcional es un análisis detallado del movimiento, la fuerza, la estabilidad y la movilidad de una persona para identificar disfunciones o desequilibrios musculoesqueléticos. Se utiliza en rehabilitación, prevención de lesiones y mejora del rendimiento físico. Incluye pruebas específicas como patrones de movimiento, control postural y análisis de la biomecánica. Su objetivo es diseñar estrategias de tratamiento o entrenamiento personalizadas para optimizar la función y reducir riesgos. Es clave en áreas como la medicina deportiva, la quiropraxia y la fisioterapia.